Tres cuartas partes de las constructoras españolas no cumple sus obligaciones legales en materia de gestión de residuos de construcción y demolición

Tres cuartas partes de las constructoras españolas no cumple sus obligaciones legales en materia de gestión de residuos de construcción y demolición

Situación preocupante, ante la entrada en vigor el 31 de diciembre de la obligación de separar en obra

Actualmente cerca del 75% de las constructoras no cumplen sus obligaciones legales en materia de gestión de residuos de construcción y demolición (RCDs) lo que las sitúa en un difícil reto de adaptación a las nuevas exigencias legales en materia de gestión de residuos. Hace ahora un año fue aprobada la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que entrará en vigor el próximo 31 de diciembre en lo relativo a la separación en origen de los RCDs. Con esta nueva ley se impone la obligación de que las empresas de construcción se tomen en serio la reutilización de los residuos que se generan en las obras. Con la llegada de esta ley se obliga a las empresas a separar los residuos en la obra y conseguir el objetivo, de obligado cumplimiento, de valorizar el 70% de todos los residuos que se generan en el sector de la construcción.

Según los datos recogidos por la Oficina Europea de Estadística, dentro de la Unión Europea se generan más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año. De entre los distintos tipos de residuos generados, junto a los urbanos, los provenientes de la construcción y la demolición, los conocidos RCDs, son los que más se generan. En el caso de España, los RCDs, suponen un 29,8% de residuos generados.

Para afrontar esta situación, se quiere cambiar el modo en el que las constructoras tratan los materiales, empezando a ver, por ejemplo, los edificios como bancos de materiales para que estos pueden volver a ser usados, como materias primas secundarias tras su paso por planta autorizada. Es por ello por lo que la propuesta de la Comisión Europea (CE) para la nueva normativa es que el 50% de los materiales que se usen en la construcción de un edificio, sin importar si es una obra de rehabilitación o una nueva, sean reciclados. Por su parte, en la nueva ley de gestión de residuos española se plantea la necesidad dealcanzar el 70% de valorización de los RCDs generados, no de los controlados en el circuito legal de gestión, como falsamente recogen algunas estadísticas regionales en un maquillaje estadístico fraudulento.

En estos momentos, en España, sólo un 25% de las constructoras estarían cumpliendo la nueva ley ya que muchas no son conscientes de cuál es la normativa para seguir o no tienen demasiado interés en seguirla. En algún caso se justifica como disculpa, la falta de espacio en la obra para realizar la separación de materiales, como por ejemplo la separación de productos que puedan ser reutilizados como los elementos estructurales o las tejas y la fracción de materiales como los plásticos, la madera, los metales o el yeso… lo que dificulta su separación. La ley dictamina que los residuos se deben separar dentro del recinto pero en muchos casos los obreros aducen dificultades por esta falta de espacio, asi como también por la cantidad de trabajo que tienen, el cual no les deja muchas opciones para realizar este tipo de tareas. Esto es algo un tanto contradictorio con lo que la ley establece ya que permite llevar a los vertederos aquellos materiales que no se puedan reutilizar sin necesidad de aumentar los costes de la obray supone un coste mínimo en el presupuesto.

Se ha podido conocer que estos procesos tampoco se siguen por posibles dificultades de los fabricantes de materiales, los cuales la mayoría de ellos ofrecen materiales reciclados, sino que son las propias constructoras las que no demandan siquiera este tipo de materiales para la construcción o rehabilitación de edificios u hogares. El uso de estos materiales supondría dar una nueva vida a los RCDs y una reducción en los costes de las obras. Existen una serie de empresas que se dedican a recoger los escombros y RCDs provenientes de las obras para después tratarlos, pudiendo hacerlos de diferentes tamaños, y reutilizarlos para ponerlos a la venta de nuevo, ya que son tan válidos como los creados en las canteras.

Al final, lo que se observa es una falta de interés por parte de las empresas constructoras para llevar a cabo las debidas gestiones de RCDs.Y escudarse en la ignorancia es absurdo ya que, en el caso de que no estén seguros de cómo proceder, el Consejo Superior de losColegios de Arquitectos de España(CSCAE) y el Consejo General de laArquitectura Técnica de España(CGATE) crearon una “Guía para la gestión de residuos de construcción y demolición en el ámbito de la rehabilitación energética de viviendas”. Dicha guía es muy completa y ahí se encuentra toda la información que una empresa puede precisar cómoes la información legislativa requerida para el tratamiento de RCDs, la forma en la que proceder y las mejores estrategias, y una gran explicación de los conceptos tratados a lo largo del manual.

Acopiostemporales irregulares

Una de las problemáticas de esta situación es la del uso de los RCDs para rellenar las canteras, pero no es la solución más efectiva para la naturaleza ya que esta tiene que seguir su curso y crear nuevas zonas en las que los animales y plantas autóctonos echen raíces. Otra práctica es el desecho de escombros en cunetas y polígonos industriales abandonados por parte de las constructoras para no tener que hacerse cargo de ellos. Esta es una acción que por desgracia, pese a haber empresas suficientes en todas las ciudades dedicadas a recoger los RCDs, sigue ocurriendo.Muchas empresas optan por tirar los escombros de las obras en sitios abandonados, donde ya de por si la gente ha tirado basura, para así ahorrase separar los materiales, reutilizarlos, desecharlos o llevarlos a plantas donde pueden ser tratados debidamente para su futura reutilización. Estas acciones se acaban convirtiendo en costumbre y los acopios donde se desechan estos materiales en basureros que dañan gravemente a los ecosistemas que les rodean.

Otrocaso de gran polémica por su ilegalidad es el de las falsas empresas que han creado unas supuestas plantas de reciclaje con autorización de los ayuntamientos haciendo acopio de zonas no establecidas para la construcción. Estas “empresas”se dedican hacer uso de antiguas zonas mineras en las que utilizan los antiguos túneles para desechar los materiales que les llegan, por lo que no están reciclando los escombros como indicaban en el papeleo requerido para conseguir los permisos pertinentes. Esta situación se ha llevado a cabo con el permiso de ayuntamientos, los cuales no han revisado si efectivamente estas “empresas” estaban haciendo el trabajo por el que fueron inscritas con las debidas inspecciones.

Como quiera que hayamos recibido tres consultas sobre la misma cuestión durante los últimos días, una aclaración sobre el uso de parcelas para acopios de escombros (mala costumbres de muchos ayuntamientos):

En primer lugar, para esto, haría falta una evaluación ambiental simplificada, según Ley 21/2013, grupo 9 del anexo y ser gestor de residuos. No hay excepciones, nadie puede ni debería acopiar residuos en una parcela, sea privada o pública.

En segundo lugar, haría falta una compatibilidad urbanística, la cual es más compleja de conseguir en suelo no urbanizable; habría que hacer una evaluación ambiental, que dependerá de si el lugar donde se quiere montar la planta es al aire libre o en suelo no dedicado para la industria.

Finalmente, en todos los casos, sería necesario la autorización de la planta como gestora de residuos, ya que hay que tener en cuenta que con la nueva Ley 7/22 también hay que autorizar la empresa o entidad. Al contrario de como está ocurriendo en muchos ayuntamientos en los que muchas constructoras están haciendo malas praxis, y estos además lo consienten.

Los áridos reciclados sólo suponen el XX % de los comercializados, muy lejos de la exigencia normativa según datos del Informe de Coyuntura Económica / AFPC

Según el último Informe de Coyuntura Económica de la Confederación de Asociaciones de Fabricantes de Productos de Construcción, el consumo total de áridos para la construcción aumentó un 1,1% en 2022 un total de 137,4 millones de toneladas, con variaciones territoriales importantes. A esta cantidad hay que añadir unos 4,5 Mt de áridos reciclados y en el entorno de 1,7 Mt de áridos artificiales. Así, el consumo total de áridos para la construcción alcanzó los 143,6 Mt, el 75,6% del mercado de áridos, lo que representa un +1,1% considerando reciclados y artificiales.