- 19 agosto, 2021
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- by Grupo Guhilar
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Casi todas las personas conocemos o hemos oído hablar de la obsolescencia programada, esto sucede cuando un producto se fabrica deliberadamente para que su ciclo de vida dure un tiempo específico a partir del cual se convierte en un producto no funcional.
Esta práctica comenzó hace mucho tiempo, el ejemplo más conocido es el de las bombillas. Cuando comenzaron a fabricarlas su duración era muy elevada, lo que causó que las ventas se dispararan y los beneficios aumentaran notablemente. Después de un par de años las ventas apenas eran relevantes, en ese momento decidieron crear unas bombillas menos duraderas para que la gente necesitara cambiarlas y las ventas se mantuviesen.
Hay varias formas de programar su obsolescencia, por ejemplo limitando el uso del dispositivo a un número determinado de usos, mediante actualizaciones que ya no son compatibles con dispositivos anteriores o el deseo de obtener el último modelo del mercado por gustos o modas.
Siempre pensamos que son las empresas las culpables de la obsolescencia programada y que son las que nos utilizan, pero no es así, esta obsolescencia también nos implica a los consumidores ya que contribuimos a aumentar el ciclo de comprar, usar y tirar de los productos, somos los clientes los que caemos en el deseo de obtener el último modelo o de ir a la moda olvidando valorar la calidad y duración de los productos.
El gran problema de la obsolescencia programada es su incompatibilidad con el concepto de reducir el consumo. La mayoría de productos suelen ser aparatos eléctricos y electrónicos los cuales contienen muchas sustancias tóxicas que son altamente contaminantes. El aumento de la fabricación a altos niveles de estos productos y de todos los demás hace que los recursos naturales vayan desapareciendo.
Para poder tener un desarrollo sostenible es importante que seamos conscientes que antes de tirar debemos intentar reparar o darle otro uso, si esto no fuese posible, debemos deshacernos de manera adecuada de los residuos para poder reciclarlos y darles una segunda vida o para aprovechar sus materiales y generar nuevos productos.
En El Punto Eléctrico ( https://elpuntoelectrico.com/ ) nos centramos en la recogida de esos residuos de aparatos eléctricos y electrónicos para su reciclaje, los gestionamos de manera adecuada y con ello contribuimos a huir de ese modelo de consumo elevado.
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